Cinco guisos mexicanos dignos de extrañarse

La comida mexicana es tan variada que cuando se habla de ella, múltiples platillos vienen a nuestra mente. ¿Cómo no pensar en el Pozole, el Menudo, el mole o los chiles en nogada, que tradicionalmente comemos durante celebraciones especiales? Sin embargo, las mesas de los mexicanos se llenan todos los días de deliciosos guisos tradicionales que nuestras madres y abuelas nos preparaban todos los días y que, acompañados de tortillas calientitas y salsa eran la alegría de nuestras familias. Estos platillos, los sabores, colores y aromas siempre nos remiten a las reuniones familiares, a la convivencia con los amigos, al intercambio de experiencias…Recordemos juntos algunas de estos suculentos platillos:

El chicharrón en salsa verde

¿Quién no ha probado este platillo en todas las taquizas a las que te han invitado? Este plato tan popular consiste de chicharrón de puerco guisado en una exquisita salsa ácida y picante (puede ser verde o roja) y se acompaña con frijoles y tortillas. El chicharrón de cerdo es una botana popular en México, particularmente en el centro, donde se produce una versión muy delgada, crujiente y suave que se quiebra con los dedos. En salsa o solo con limón, sal y salsa casera, el chicharrón es delicioso y rendidor.

 

Mixiote de pollo con nopales

El mixiote es un guiso mexicano muy típico en las áreas donde abunda el maguey que tuvo su origen en la cultura azteca. Consiste en carne enchilada cocida al vapor, envuelta en una película muy delgada que se desprende de la penca del maguey pulquero y a la que se le conoce como “mixiote” (de ahí el nombre de este platillo) . Tradicionalmente se prepara con carne de cerdo o cordero, pero una adaptación fácil para hacer mixiotes caseros es haciéndolos de pollo. Este platillo es muy exclusivo de México, dado que en Estados Unidos es complejo conseguir la hoja de Maguey para prepararlo. Aún así, los mixiotes ocupan un lugar muy especial en nuestros recuerdos, ¿a poco no?

Frijoles Charros

Los frijoles charros son una tradición en el norte de México. Normalmente se preparan para acompañar la carne asada o la discada norteña y consisten en una sopa de frijoles guisados junto con una variedad de carnes, tales como salchicha, tocino, chorizo y jamón y condimentados con cebolla, jitomate y cilantro frescos picados. Incluso a mucha gente le gusta ponerle limón también. ¿Nostalgia de una parrillada norteña? ¡Los frijoles charros no pueden faltar!

 

Tinga de Pollo

Este platillo, facilísimo de prepararse, es uno de los más comunes en las comidas mexicanas. No solamente es muy nutritivo por su alto contenido de proteína, además es sano (pues requiere muy poca grasa para prepararse) y con un toque de chipotle se vuelve un plato único. La tinga de pollo no es otra cosa que pollo cocido y deshebrado, cocinado en una rica salsa de tomate con mucha cebolla y aderezado con chile chipotle. Puede comerse acompañada con arroz y frijol, en tacos o en tostadas cubierta de crema, queso y lechuga. ¡Deliciosa!

 

Chiles Rellenos

Los chiles rellenos son un clásico de la cocina tradicional mexicana. Se trata de un platillo muy completo compuesto de chiles poblanos asados, desvenados y sin semillas que se rellenan de diversos ingredientes como queso, carne molida, o frijol y que se capean para añadir consistencia al chile. Luego se guisan en una salsa roja con o sin picante. Los chiles rellenos se acompañan con arroz y frijoles y pueden servirse con un poco de crema encima.

 

Todos y cada uno de estos platillos nos remiten a historias, que si bien, no son las de las grandes celebraciones, sin duda sí son las de convivencia cotidiana con nuestras familias. Éstos sí que son guisos dignos de extrañarse. Cuéntanos, ¿cuáles son tus guisos favoritos y a que memorias te remiten?

¡Nos vemos en la cocina!

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